Se prende el puro de moxa y se acerca a la piel, sin tocarla, para aplicar calor. Tener cuidado con la distancia y la temperatura, adaptarse a la sensibilidad de la persona para no quemar. Tener precaución antiincendios. El puro no se debe mojar: para apagarlo hay que meter la parte encendida en un vaso de arroz.
Acciones:
Tonificación y dispersión: