En la práctica clínica es de utilidad tener claro cuando un síntoma pertenece a Yin o a Yang.
Ninguna enfermedad es puramente Yin o Yang, estos son siempre relativos y como terapeutas debemos cuidar no caer en el reduccionismo, es necesario entender el cuerpo como un todo y poder observar los síntomas como parte de ese todo.