Así como la aguja trabaja estimulando el Qi, la moxa directa aplicada en forma de grano de arroz trabaja Xue. No se considera tonificante de Yang sino movilizador de sangre. Es muy bueno para tratar el estancamiento de Xue o síntomas crónicos que queramos una reacción rápida y clara.
Tiene efectos a nivel local (contractura, esguince) y distal (como punto de acupuntura) sobre un síntoma.
Para ello se utiliza moxa en polvo de muy buena calidad (amarilla, esponjosa, sin ramitas ni hojas. Cuanto más verde es más mala) y se enrolla para hacer granitos del tamaño de un grano de sésamo o más pequeño. Con base muy finita. Se localiza el punto sobre el que lo queremos aplicar. Puede ser un punto de acupuntura, pero si notamos cerca una zona de dolor como un granito o nódulo duro que molesta a la presión (trigger point) mejor allí aunque no coincida con el punto. Para no equivocarnos, se puede pintar con bolígrafo donde vayamos a ponerlo. Se le aplica un poco de vaselina o aceite a la piel para pegar la puntita del grano de arroz en el punto a tratar. Se prende el granito con una barrita de incienso (idealmente japonés, que sueltan menos ceniza y virutas). Se puede apagar con el dedo el granito antes de que llegue a la piel para que duela menos. La sensación para el paciente es como de pinchazo caliente muy breve. Se suele aplicar un número impar (yang) de granitos de arroz sobre el mismo punto. Si el paciente es débil, menos estímulo.
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